Hablando con la muchachería te enteras que uno se mareó en clase de educación física por no haber desayunado. Esto ocurrió hace un año y me lo contaban mientras esperaban a que les tocara su turno en los ordenadores del telecentro.
Era un grupo de unos 12 , les pregunté a todos y cada uno que habían desayunado ese día. Sólo tres habían hecho un desayuno completo, algunos afirmaban no tomar leche nunca y la guinda la puso quien me contó que no papeaba nada hasta el primer recreo que se comía una bolsa de regalices.
Lo comenté con mi hermana y nos pusimos manos a la obra, las dos formamos parte de la junta directiva del AMPA del IES. Aprovechamos que había una orden de la Junta de Extremadura (ahora no recuerdo cual era, sé que dependía de sanidad y consumo).
Nos interesaba hacerles ver a los chavales lo importante que es estar bien alimentado para su edad y su desarrollo, pero de una forma divertida. Y de paso que se les quitara el miedito de entrar en la cocina. Además, si son ellos los que preparan la comida se la comen con mas alegría y sin poner pegas.
Sabemos que los padres somos muy protectores y que es raro el que les permite a sus hijos arrimarse a la cocina. Este proyecto no iba dirigido solo a las chicos, era importante que los padres vieran que no se les iban a caer las manos por cocinar o usar un cuchillo cebollero.
El proyecto consta de dos partes diferenciadas:
- La primera es en el aula. El equipo del centro de salud se encargaría de darles unas charlas sobre nutrición y enseñarles algunas habilidades.
- La segunda en los fogones, haciendo real lo que se les había explicado en el aula.
El quipo de centro de salud no pudo encontrar hueco para dar las charlas. Se encargó la chiquita que trabaja en consumo de la mancomunidad de municipios Tajo-Salor.
Se hace coincidir con el día del centro la práctica en la cocina. De esta manera pueden acceder todos ya que son de diferentes localidades.
En la primera edición se les enseñó a preparar cenas sencillas, nutritivas y divertidas (brochetas de pollo, pizzas de hogaza de pan, tortillas de patatas, pimientos rellenos, pescado en papillote con verduritas...).
Cuando terminamos de cocinar los platos los subimos al centro escolar y nos lo comimos entre todos.
En la segunda edición nos centramos únicamente en el desayuno (bizcocho, huevos revueltos, huevos fritos, huevos en tortilla, tostadas variadas, pan con tomate y jamón, fruta entera, fruta en batido, fruta caremelizada y leche con chocolate).
En esta ocasión, las charlas se han impartido por el técnico que está ahora en la Universidad Popular de Alcántara (aún le queda algunas por dar). Cada grupo al terminar de elaborar se comió su propio trabajo (alucinaban con el bizcocho).
Como hicieron tanta comida (y estaban deseando entablar conversación con los militares que estaban de maniobras o yo-no-se-qué) salieron a ofrecérsela a los soldados que estaban tomando el sol en la plaza. Lo de los militares es tema para otro artículo.
En la próxima edición , si la hay; además de cocinar, habrá que tirarse al ruedo y que sean ellos los que recojan los cacharros. No se hizo hasta ahora porque el grifo del fregadero está de aquella manera y sale agua en todas las direcciones posibles (les íbamos a tener que pedir que vinieran con traje de baño)
Con estas actividades se pueden detectar casos de desorden en la alimentación y sobre todo disfrutan un montón haciendo lo que no hacen en casa. No sé si porque no quieren o porque no les damos la oportunidad. Y ¿quien sabe? podemos estar fomentando el inicio de algún cocinero de élite.
Estas cosas las podemos hacer ya que contamos con el trabajo inestimable de cuatro expertas cocineras que se hacen cargo de enseñarles a cocinar ese día. Y sin recibir nada a cambio. Hay que ver como se manejan entre los fogones y entre los alumnos.
Gracias por el vídeo
Antonio