13.2.11

Comida familiar


Mesa puesta, mientras repartía la comida dice el chico:
- Hoy planté un pino en clase.
- Muy bonito ¿te parece tema de conversación mientras comemos?
- Maaaaaaaaaama, que estamos en el año internacional de los bosques

3.2.11

Hoy me quiere



Nos citaron a las 19:00 horas en el instituto para la entrega de un portátil. Nos citaron a los padres y a los niños de 1º y 2º de la E.S.O.

Firmamos un documento en el que nos hacemos responsables del cacharrino, si se deteriora lo tenemos que arreglar o sustituir por otro igual. Bueno, eso de que firmamos creo que lo tengo que aclarar, firmaron el niño y el padre, yo me leí el documento (hasta ahí llegan mis competencias) y surge la duda ¿cuánto cuesta?

Llamaban por orden alfabético y le daban al crío el portátil, la funda y el cargador. Lo primerito que hicimos fue encenderlo e intentar meter los datos, usuario y contraseña.

Es en este momento donde se va cuajando el sofocón.

Por la duda del coste y por no funcionar la contraseña, nos esperamos hasta el final para preguntar.

Nos liamos un poco en la conversación y el muchacho se estaba poniendo de los nervios, estaba deseando llegar a casa a ver si le podía solucionar lo de la contraseña. Salió el tema del portugués como segunda lengua. Me lo contaba con alegría pero yo lo recibía con tristeza, incluso con un poco de mal cuerpo ¿por qué este año sí y el anterior no?

Casi mejor no pensar ahora, ya habrá que decidir el curso siguiente, aún hay tiempo.

Cuando llegamos a casa intenté todo tipo de combinaciones a ver si podíamos pasar de la pantalla inicial. Pero no, no había manera, la clave debía estar desactivada o algo así.

¡Que llorera, Dios! no había manera de consolarlo, ni con mimos, ni con lógica, ni con la infusión (ya sé que no tiene nada que ver, pero con una manzanilla suelo arreglar muchos de los problemas de este muchacho).

Pasados unos días consiguió la clave correcta pero había que configurar la conexión de casa. Como habíamos firmado que jurábamos no modificar ni hardware ni software, las únicas opciones era configurar con lo que te ofrecía el cacharrino (mi conexión a internet es un poco particular).

Hoy lo he conseguido y es por eso que hoy me quiere, me quiere mucho.

Publicado en Digital Extremadura