4.12.10

Seguridad social


Teníamos cita desde hace mogollón de tiempo. Para que no se nos pasara la puse en la nevera con un cartelino encima de colores anunciando a bombo y platillo día, hora y lugar.

Insistí (me puse pesadísima) en que se duchara y se vistiera aparentemente. Por mi parte me vestí tipo cebolla (en los hospitales hace un calor del carajo y terminas con la empanadilla bajo el brazo) así combatía el frío de la calle ( hay que aparcar en la quinta puñeta) y el calor del hospital decapandome según necesidad.

Tuve mucho cuidado en elegir la documentación del muchacho, la vez anterior me llevé mi carpetina azul con todos los datos desde el primer embarazo hasta la última costura (lease operación de hernia).

Aún así, no superé la prueba. Los médicos siempre preguntan lo que no llevas estudiado:
  • ¿Cuándo comenzó con la vacuna?
  • ¿Fechas de las crisis?
  • ¿Cuántas veces usó medicación de rescate y qué días?

Joe, no me sabía ni una; hace mucho que empezó con la vacuna, no se me ocurrió apuntar las crisis ni la medicación que usaba. Miraba al crio a ver si él recordaba fechas, pero tampoco, ni una. Le dije que nos habíamos equivocado de temario para este examen, que si podía hacerme otra pregunta (a ver si acertaba).

El momento cumbre fue cuando se me ocurrió preguntar ¿cuándo comenzamos con la vacuna? ni os imagináis la cara del galeno:
¿Qué me está diciendo usted? ¿Han parado la vacuna? La vacuna no se para hasta que no le digan lo contrario, lo pone en el informe bien claro.

El informe casi me lo sé de memoria y en ningún lado pone eso, pero no dije nada.

Ahora tenemos un informe nuevo donde se detalla todos los pasos a seguir de forma muy clarita (como para alumnos de 4º de primaria). Creo que influyó que iba tomando nota de los datos que nos iban a solicitar en la próxima visita.

Salimos de la consulta con un calendario en el que debemos apuntarlo todo. ¿No me podían haber dado eso la vez anterior? y diciéndonos el uno al otro "Hoy hemos triunfao, nos hemos encumbrao".

Menos mal que para la próxima visita el médico ni se acordará de nosotros.

9 comentarios:

Pepe dijo...

Aunque esto ya es conocido te lo recuerdo aquí para que la próxima vez sigas las instrucciones y ganes tú el combate. Doy fe de que muchas de las cosas que aquí se aconsejan nos joden

"En el siguiente texto se describe, paso a paso, la mejor manera de amargarle el día a su médico y/o pediatra de cabecera.

Fácil y cómodo.

1. Cuando llegue a la consulta abra la puerta, sin llamar, y pregunte si está apuntado en la lista.

2. En caso de que el médico tenga la suerte de tener la lista a mano y la paciencia de buscarlo,
pregunte por qué aún no le han llamado, aunque llegue con media hora de adelanto.

3. Si lo que encuentra es una mujer, pregunte dónde está el médico.

4. También puede decirle a la mujer que si es ahí donde dan las citas.

5. Cada vez que la puerta se abra para que un paciente entre o salga, asome la cabeza con cara de "¿aún no me toca?"

6. En la sala de espera critique a la seguridad social y a los médicos en voz alta y clara para que se le oiga desde dentro.

7. Es un puntazo decir que el sueldo de todos los que estamos allí los paga usted directamente.
Sobre todo no mencione que el médico paga también impuestos y a la seguridad social.

8. Es también muy efectivo decir que el médico anterior, ya jubilado, era mucho mejor que el actual. Y, además, le hacía todas las recetas que quería.

9. Si va a la consulta del pediatra, lleve a la abuela del niño. Si su intención no es amargarle, sino que directamente le odia, lleve a las dos abuelas.

10. Cuando entre en la consulta y le pregunten qué le pasa, diga eso de "no sé, usted es el médico ¿no?."

11. Nunca vaya directo al grano: empiece desde que notó un primer síntoma, quince años antes,
aunque no tenga nada que ver con su enfermedad actual.

12. Si le preguntan si toma medicación, diga que unas pastillitas blancas, redondas.

13. Deje encima de la mesa un fajo tremendo de folios con lo que haya encontrado en Internet sobre sus síntomas.

14. Cuando vaya a revisión, diga que el tratamiento no le ha hecho absolutamente nada, aunque se le hayan ido la fiebre, la tos, la halitosis, y haya encontrado novia.

15. El fonendo del pediatra, no está ahí para auscultar, sino para que el niño le arranque las orejas, con el consiguiente regocijo, suyo, y de las dos abuelas.

16. Cuando su hijo desconecte el cable del ordenador, remárquele al pediatra lo avispado que está para su edad.

17. Insista en que el niño no come, aunque rebose por los dos lados de la camilla y lleve en el carro cuatro paquetes de gusanitos.

18. Su madre y su suegra saben más que el pediatra. Y al niño siempre le hacen falta vitaminas.

19. Cuando vea que el médico está a punto de despedirle, diga las palabritas mágicas: " y de paso, ya que estoy aquí...."

20. Cuando el médico le paute un tratamiento, pregunte : ¿y esto no será malo?

21. Ponga siempre mala cara cuando le receten un genérico. Todo el mundo sabe que son peores que los de marca.

22. Si le pautan el medicamento de marca, más caro, ponga también mala cara. Claro, como el que paga es el contribuyente.....

23. Cuando salga de la consulta, tras haber ocupado el tiempo de ocho personas, y del café del médico, y llevando en la mano
trece hojas de remisión al especialista, diga en voz muy alta: Nada, lo de siempre, se pasan la pelota de unos a otros."

Pepe dijo...

Perdón por el borrón; dice blogger que el comentario es muy largo, y sin embargo entra, así que lo había duplicado.

Hitos dijo...

Pero Pepe, me has entendio fatal, yo quería tener todas las respuestas acertadas para no hacerle perder tiempo al médico.

Soy de las que espera el tiempo que sea necesario, de las que no se queja nunca de que el usuario anterior esté media hora en la consulta, de las que entiende que si te citan a última hora se habrá acumulao retraso.

Como a mi me gusta que me escuchen y que me dediquen el tiempo necesario no me quejo de que lo hagan con los demás. Jamás pido que me manden a un especialista y si se puede arreglar lo que sea sin fármacos ... mejor que mejor.

Cuando le dieron el historial al médico, estaba contestando un correo electrónico, se molestó porque la enfermera entró como un elefante en una cacharrería; nos dijo que esperáramos fuera y eso hicimos, esperamos fuera hasta que él terminó con lo que estaba haciendo.

Considero que necesitan su tiempo para esas cosas y prefiero esperar a que hagan dos cosas a la vez.

Que sepas que para mi la medicina pública es la mejor de todas.

Ea, y que yo también te quiero mucho.

Borro los tachones (si se dejan)

Pepe dijo...

Hitos, qué es lo que no he entendido? Te sentiste mal porque no aprobaste; las preguntas que te hacía el médico eran las que no llevábais preparadas a pesar del esfuerzo y de la buena voluntad; eso es un truco para luego decir: "ves, si no has mejorado es por tu culpa, que no has seguido las instrucciones, ni has hecho bien el tratamiento". Esto descoloca al paciente, y le deja sin capacidad de respuesta. Por eso te he enviado esos consejos, y así serás tú la que lo descoloques a él la próxima vez, si quieres, claro. En cuanto a lo otro, hay medicina pública absolutamete deprimente, y medicina privada de calidad, o por qué crees que los borbones van a las clínicas que van, y no a los centros de salud que le corresponden?

Hitos dijo...

Será una medicina especial para los monarcas, la privada que yo conozco es de pena, niegan tratamientos, no hacen las pruebas necesarias...

De todas formas la familia real no es mi referente en nada.

Me sigo ratificando en que prefiero la sanidad pública.

Pepe dijo...

Hitos, cuando hablas de privada parece que te refieres a las compañías aseguradoras. Cuando yo hablo de privada significa elegir tú la clínica y el médico y pagar lo que cuesten. El monarca y su familia no van por muface, supongo, ni a la Ruber ni a la Tecnium, o donde proceda. Una cosa es no tener a esa familia como referente y otra negarles la sabiduría del saber vivir bien.

Anónimo dijo...

Creo que hablar mal de la medicina pública española ya no está bien visto. Puedo decir que seguramente esté entre las 5 mejores medicinas públicas del mundo. En todos los ámbitos de la sociedad hay mediocres y gentes que no saben que el bosque se esconde detrás del árbol.
Estamos rodeados de profesionales muy buenos y puedo decir que las nuevas generaciones de profesionales de la salud pública están muy solicitados en cualquier pais de nuestro entorno cultural-científico-económico.
I.

Hitos dijo...

Anónimo I, estamos los tres de acuerdo. Pepe es un gran médico de la sanidad pública, solo tiene el defecto de que le gusta tocarme las narices en to los temas.

Ahora seguro que tiene que sacarle algún pero a mi comentario, verás.

Pepe dijo...

La medicina pública española tiene un pasar, y una enorme variabilidad intercomunitaria. En general es eficiente, lo cual quiere decir que funciona bastante bien para lo que vale, pues España sigue siendo de los países "de nuestro entorno" que menos invierten en sanidad, y sus profesionales somos los peor pagados en ese "entorno cultural-científico-económico" del que habla nuestro anónimo.

Para decir que "la medicina pública española seguramente esté entre las 5 mejores medicinas públicas del mundo" hace falta cierto desconocimiento del asunto, o una adicción al régimen como para nublar el sentido crítico y apuntarse a la propaganda. De todas formas si de verdad se cree eso ya se lleva un buen camino andado, pues la eficacia de la medicina se basa en gran parte en la confianza que se le tenga -efecto placebo-, y este anónimo sin duda que se la tiene (digo yo).

Hitos, de verdad crees que me gusta tocarte las narices?