No entiendo esa insistencia de que cuente el evento, pensará que va a salir bien parado y nada más lejos de la realidad.
Ya comenzó la cosa mal cuando estaban orquestando entre mi madre y él sin tenerme en cuenta. Que me tenía que enterar de que iba a hacer en la comunión de mi niño cuando hablaban entre ellos. Al principio me lo tomé muy a mal pero luego recapacité y pensé que era mucho mejor, así me quitaba trabajo de encima y responsabilidades.
Craso error, cuando no llegaban a un acuerdo o algo se les complicaba me llamaban a consultas. Todo esto mientras mi madre estaba en el pueblo. Pero llegó el día que se iba de viaje a Cataluña y mi santo se quedó sólo y desamparado ¿Sólo? Noooo, mi madre fue sustituida por mi cuñada, por la hermana pequeña de mi santo. A rey muerto, rey puesto.
En resumidas cuentas, yo seguía relegada de la organización. Mis tareas se reducían a aceptar ordenes de mi madre por teléfono (todos las noches me llamaba para saber como iban los preparativos) y a esperar que mi santo me dijera que tenía que hacer.
El viernes por la tarde me acerqué a la iglesia porque era el momento en el que el niño se tenía que confesar, quería acompañarlo. Durante la mañana me preguntó ¿qué es pecado? ¿de qué me confieso? y cosas por el estilo. Me recordó la angustia que me generaba a mi tener que confesarme y me pareció oportuno acompañarle.
Me lo encontré sentado sólo, restregándose los ojos (cosas de la alergia) y agarrado a su balón. Me senté a su lado y no se como surgió en la conversación que si me confesaba yo. Para darle ánimos le dije que si. Había que confesarse en la sacristía, el niño me vería entrar y luego dentro ya podía hablar de cualquier otra cosa con el cura.
Me puse en la fila de los padres y era la última (siempre llego tarde). Cuando me llegó mi turno entré diciendo:
Hitos - Buenas tardes
Señor Cura - Sin pecado concebida
Pensé que no me había oído bien. En mi es normal, tengo un tono de voz muy bajito.
Hitos - Que mi intención no es confesarme, lo hago para que el niño me vea. Está un poco nervioso con esto de la confesión.
Señor Cura - ¿Es que no necesitas el perdón de Nuestro Señor?
En este momento me doy cuenta que me he metido en la boca del lobo y sin ayuda de nadie, lo que se dice por propia voluntad.
Hitos - Todos necesitamos el perdón.
¿Qué estoy diciendo? Se supone que soy una persona adulta que puede tomar libremente sus decisiones y una de ellas es no confesarme. Se supone, se supone ¿Te has visto donde estás?¿Qué es lo que va a hacer tu hijo el domingo? ¿Jugar a fútbol con los amigos? Nooooooo, so tonta; tu hijo va a hacer la primera comunión con tu consentimiento y ¿ahora le vas a decir al cura que no? Estas en medio de una sacristía con un señor que está esperando que digas algo sobre tus pecados. Pecados ¿cuales eran los pecados? porque no le voy a decir que le siso a mi madre del monedero... los diez mandamientos se encierran en dos amarás a dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo...
Esto no me vale ¿cuales eran los pecados capitales?
Señor Cura - ¿Es que te crees perfecta?
¿Cuanto rato llevaré pensando?
Hitos - Claro que no. Ya quisiera yo, estoy llena de errores. Pero si no son mal intencionados no son pecado ¿no?
Señor Cura - Tu sabrás
Anda que me está ayudando mucho el señor. Que hambre iba a pasar éste como espía. Claro que juega en su terreno y se supone que yo vengo entregada a contar mi vida y obra.
...continuará...
5 comentarios:
Ostras, ¿como acabará ese combate dialéctico...?
Por otra parte, veo que las comuniones son cada día más importantes y "grandes" que cuando yo la hice allá por los 80.
Lo que hubiera dado por ser el cura...
Espero con impaciencia el siguiente capítulo.
Increible.
¡ESTO TE PASA POR METERTE DONDE NO DEBES!¡Y encima en su terreno! ¿No ves que con un par de encerronas dialécticas te hacen supernumeraria del Opus Dei???
Yo me pregunto:
¿De qué se tiene que confesar un niño de 10 años????
Suerte. Con estas cosas.
Tarde pero llego.
Ni te imaginas Manuel la que se lía ahora con las comuniones. Cuando yo la hice no había ni convite, eso si, ya existía el timo de la estampita que te llevaban casa por casa repartiendo estanpitas a cambio de unas perrillas.
Lidi lo más interesante de la confesión es ver que algo que te parece una buena idea se queda en un autentico despropósito cuando lo llevas a la práctica. Cuando le dije al niño que yo me confesaba me pareció lo idoneo ¿por qué se estropeó todo cuando entré en la sacristía?
Fernando... increible pero cierto que yo no cuento más que verdades, de una forma rara pero sólo cuento verdades.
Ya te digo Javier... que terminé bajo palio.
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