10.10.07

Sábado 6 de octubre

Llegamos bastante tarde pero Petra nos estaba esperando a pesar de haber madrugado muchísimo. Nada previsto, al día siguiente haríamos lo que nos pidiera el cuerpo.
Sin despertador nos levantamos, desayunamos y nos adentramos en el corazón de la ciudad. Mis ojos se llenaban de imagenes, rodeada de gente andaba lenta para poder ver todo. Cada poco preguntaba por el nombre de la calle y nuestra guia me iba contando las cosas más interesantes.
Al rato un alto para tomar un aperitivo en el mercado de la reina, unas cervezas con pinchos de diseño (buenísima la morcilla de arroz sobre queso fundido con compota de manzana) y ya nos entró hambre por lo que decidimos ver donde ir y como los tres somos de buen comer nos inclinamos por un argentino.
Pedimos mesa en el gaucho y nos fuimos a buscar unos libros imposibles y un cd que solo debe conocer Petra y el chaval del fnac; mientras la atendían vi el último libro de mi escritora favorita y no me pude resistir. Le puse carita a mi santo y le prometí no pedir nada durante todo el fin de semana ( y eso que sabía que al día siguiente iriamos a un centro comercial enorme para buscar una maleta concreta para él). Con mi tesoro bajo el brazo y añorando muchísimo a mi padre (mis hermanos saben de que va la historia) nos fuimos a manducar.
Otra cervecita en el bar de la entrada hasta que nos hicieran pasar al coqueto comedor. Antes de nada decir que mi santo luce un estupendo bigote estilo guardia civil y quizas por eso llamaba la atención del grupo de transexuales que estaban a nuestro lado, esa debe ser la razón de que le pidieran fuego a él mientras se veía a las claras que yo estaba jugando con el mechero entre mis manos.
Nos tocó una mesa bien colocada, nos lo comimos todo; las empanadas criollas, los pimientos y patatas asadas, toda la carne y unos panqueques con dulce de leche. Pero en los cafés empezamos a cuchichear de la mesa de al lado. Dos hombres, uno de ellos leía la prensa internacional, apenas hablaban entre ellos pero muchos de los comensales les miraban de reojo. Mi santo le preguntó a nuestra cicerona si los conocía y empezamos a hacer congeturas. El comedor se estaba desalojando y la gente al salir, muy discretamente y con mucha educación, le pedía hacerse una foto con el que leía la prensa extrangera.
La curiosidad nos ganaba y terminamos por preguntarle al camarero por la identidad de nuestro vecino de mesa. Era Ruben Blades y nosotros sin enterarnos, para una vez que como al ladito de alguien célebre no me doy ni cuenta y con la cantidad de veces que habré cantado a "Pedro Navajas". Es lo de siempre.. ¡Anda, pero si es el que canta eso de ....!
Dejamos al cantante haciendose las fotos de rigor con el personal del garito mientras comentabamos que la proxima vez que fueramos al gaucho seguro que ya estaría la foto colgada en la pared acompañando la de los otros artistas.
El Circulo de Bellas Artes está cerquita y hay una exposición de fotografías por lo que nos fuimos derechitos a ver los momentos estelares de la fotografía del siglo XX, muchas las conocíamos pero otras me resultaron interesantísimas, como también me resultó interesante la gente que visitaba la exposición ¿dónde compran esas ropas? siempre me encuentro las mismas cosas en las tiendas, también es verdad que siempre me voy a lo más barato baratísimo y así no hay quien luzca diseño.
Perdimos a mi santo en algún lugar de la exposición fotográfica. Luego nos aclaró que sin gafas no podía leer los cartelitos y que le costaba llevar mi ritmo. Reconozco que soy lenta haciendo el recorrido de la sala, pero si voy rápidito no me entero de ná.
Al salir nos metimos en mitad de la manifestación por una vivienda digna, parece ser que todos los sábados hay manifestaciones. Muchas banderas republicanas y otras que no tengo ni idea del pais al que representan.
Callejeamos un rato más hasta que nuestras piernas pedian a grito un asiento. Nos atrincheramos en una terracita para descansar y tomar fuerzas pues pensabamos quedarnos en la ciudad toda la noche.
Nos venció el cansacio, ya no tenemos el aguante necesario para estar todo el día pateando y andar de marcha por la noche. Esperabamos ver a Beatriz y Manuel pero ibamos a tener que hacer turnos de siestas para llegar medio vivos a las 12 de la noche, ellos estaban celebrando su aniversario de bodas y nuestra intención era tomarnos unas copichuelas disfrutando de su compañía después de la cena.
La única solución de llegar medio enteros a las 12 era meterse en el cine. Pensado y hecho. A las 10:4o estabamos acomodados en los asientos vip (la primera vez que veo eso de los asientos vip, esto de ser de pueblo es la leche) del cinenosequé esperando el incio de "7 mesas (de billar francés)", nos encantó.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, pero al final nos vimos en casa de Petra. La verdad es que durante la semana no vemos claro el fin de semana en lontananza y por eso no reaccionamos a tiempo con lo de la cena. Os echamos de menos en las copas que nos tomamos en un sitio muy chulo. Así que os debemos una!. Por lo que tendreis que hacer otra escapada. Y dile a tu prima que la próxima vez te lleve a los sitios de ropa güais. Besos. Hasta pronto.

El viajero dijo...

Vamos, que tuviste un finde agitadito!! Dime por favor que te llegaste a tomar una foto con Ruben Blades!! Jajajaja...

Que bueno que hayas disfrutado el fin!!

Miles de besitos!!

Hitos dijo...

Para la anónima Beatriz jejejeje Queda en pié otra escapadita para conocer la noche madrileña y dejar los ojos en los escaparates de las tiendas.
Para Marco no teníamos ni un cacho móvil (celular para ustedes) que echarnos a la mano para hacernos una foto por lo que sólo queda en nuestra memoria aaaaaaaaains

Anónimo dijo...

¿Una foto con Blades? Vamos, ni aunque me lo recete el médico pues es uno de los tíos más tontos que yo me he echado a la cara. Recuerdo cuando vino a Madrid por primera vez, primeros ochenta, como un auténtico divo despreciando a los músicos españoles. Madre mía, le cogieron a puerta cerrada los gitanos en una velada flamenca y lo mondaron con su endiablado compás, el Cigala (antes Dieguito) al cante. No ha vuelto a levantar cabeza.

La condesa de Estraza

Hitos dijo...

¿Dónde andaba la condesa? Hace tiempo que no sabía nada de ti

Anónimo dijo...

Ya sabe usted, querida plebeya, que las señoras condesascon título de Castilla, dado muestro rango, nos debemos a menesteres de alta escuela. Lo cual no evita que nos pasemos por aquí, mientras nos lima las uñas de los pies un propio contratado para tan digna función, y enterarnos de lo que se pesca en familia.

¡Viva la república!

La condesa de Estraza