Y con ella mi cumpleaños. También para esto llegué tarde.
La señora Francisca se puso de parto a primera hora de la tarde pero era mal momento para semejante trabajo. Estaba en pleno follón la obra, mucha faena y pocas manos. Como era el quinto parto en 8 años su experiencia le decía que aquello se podía demorar. Pasaron 50 obreros a comer, recogió la cocina y preparó la cena por si acaso. Aparecieron los primeros a cenar y hasta que no estuvo todo recogido no se metió en la cama (con todo lo necesario preparado) mandó recado para avisar a mi abuela Carmen, a la señora Francisquina (vecina) y al señor Ángel (el comadrón). El señor Ángel al verme aparecer totalmente morada le regañó por haber retrasado el parto a lo que ella le disuadió con "Vamos a lo que vamos y no nos liemos con monsergas". Estuvieron debatiendo si me inscribian como nacida el día 21 o el 22, si se ajustaban a la hora solar o la oficial, al final prevaleció la hora solar (esto es un lío para hacerme la carta astral porque no sé si poner a medio día a la hora solar o a la hora oficial, menos mal que no creo mucho en esas cosas). Mis hermanos durmieron esa noche fuera de casa, supongo que para no estorbar y cuando llegaron por la mañana se llevaron un disgusto monumental al ver aquella cosa tan fea. Esto me lo recuerdan tooooooooodos los años. ¿Cómo no iba a ser fea? si estaba congestionada y morada de esperar a que terminaran de cenar esos señores y mi madre se decidiera a darme paso a este mundo.
Pero bueno, todo esto pasó hace mil mundos, cuando se nacía en casa y era la madrina la que decidía el nombre de la criatura (al menos en mi caso).
Hoy si comenzó la primavera, que últimamente empieza cada año un día distinto